Israel asalta el principal hospital de Gaza y crece la preocupación por Ráfah

Canadá, Australia y Nueva Zelanda aseguran que una ofensiva israelí en esta ciudad, donde viven hacinados 1.5 millones de refugiados palestinos, sería "catastrófica".

Israel asalta el principal hospital de Gaza y crece la preocupación por Ráfah

Las fuerzas israelíes asaltaron el mayor hospital en funcionamiento de Gaza , informaron el jueves, y varios vídeos publicados en internet mostraban caos, gritos y el sonido de disparos en pasillos oscuros llenos de polvo y humo. El ejército israelí describió su incursión en el Hospital Nasser como "precisa y limitada" y dijo que se basaba en información creíble de que Hamás se escondía en las instalaciones, había mantenido rehenes allí y que los cuerpos de los rehenes podrían estar todavía allí. Una operación “catastrófica”

Un portavoz de Hamás lo negó, calificándolo de “mentiras". Las autoridades sanitarias del enclave dirigido por Hamás afirmaron que Israel había obligado a desalojar a las personas desplazadas y a las familias del personal médico refugiadas en el hospital Nasser. La guerra comenzó el 7 de octubre, cuando Hamás envió combatientes a Israel, matando a 1,200 personas, en su mayoría civiles, y apresando a 253 rehenes, según los recuentos israelíes. Desde entonces, la ofensiva aérea y terrestre de Israel ha devastado la pequeña y atestada Gaza, matando a más de 28,500 personas, también civiles en su mayoría, según las autoridades sanitarias de la franja gobernada por Hamás, y obligando a casi todos sus habitantes a abandonar sus hogares. La oficina humanitaria de la ONU había dicho el miércoles que el hospital Nasser estaba asediado por las fuerzas israelíes, con denuncias de disparos de francotiradores contra las instalaciones, poniendo en peligro la vida de médicos, pacientes y miles de desplazados. La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras denunció que las personas a las que Israel había ordenado evacuar el hospital se enfrentaban a la disyuntiva imposible de quedarse "y convertirse en un objetivo potencial" o marcharse "a un paisaje apocalíptico" de bombardeos. Los combates en el hospital se producen en un momento en que Israel se enfrenta a una creciente presión internacional para que actúe con moderación en su guerra de Gaza, después de haber prometido insistir en su ofensiva contra Ráfah, el último lugar relativamente seguro para los civiles en el enclave.

Los ataques contra instalaciones médicas de Gaza han sido motivo de especial preocupación a lo largo del conflicto, incluidos los ataques israelíes contra hospitales de otras ciudades, los bombardeos en las inmediaciones de hospitales y los ataques contra ambulancias. Israel acusa a Hamás de utilizar regularmente hospitales, ambulancias y otras instalaciones médicas con fines militares, y ha mostrado imágenes que sus tropas han tomado de túneles que contienen armas bajo algunos hospitales. El ejército israelí afirmó posteriormente que había detenido a varios sospechosos en el hospital y que proseguían sus operaciones allí. Sami Abu Zuhri, alto cargo de Hamás, dijo que las declaraciones de Israel acusando al grupo de esconder combatientes o mantener rehenes en el hospital eran "mentiras". Añadió que "todas las acusaciones israelíes anteriores contra hospitales habían resultado ser falsas". Los planes de Israel para lanzar una gran operación militar en Ráfah, en el sur de la Franja de Gaza, despertaron el jueves condenas internacionales por las consecuencias "catastróficas" para los 1.5 millones de palestinos atrapados en la ciudad. En un comunicado conjunto, Australia, Canadá y Nueva Zelanda advirtieron a Israel que "no tome ese camino". "Una operación militar ampliada será devastadora", indicaron los tres países. "Los civiles simplemente no tienen a dónde ir", afirmaron. Negociaciones para una tregua

Cientos de miles de palestinos desplazados están hacinados en esta ciudad, la más al sur de la Franja de Gaza, donde se refugian en campamentos improvisados cerca de la frontera con Egipto, ahora cerrada, huyendo de la campaña militar israelí. Pese a la presión internacional, Israel insiste en que entrar a Rafah es clave para eliminar a los batallones de Hamás. "Lucharemos hasta la victoria total, que implica una acción vigorosa en Rafah después de que hayamos permitido la salida de la población civil de las zonas de combate", afirmó el miércoles el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En paralelo, los mediadores internacionales siguen negociando una tregua en la guerra que ha devastado grandes partes del territorio palestino y desplazó a la mayor parte de su población, al borde de la hambruna, según la ONU. En caso de que haya una operación militar en Rafah, el riesgo de atrocidades es "serio, real y alto", alertó el miércoles Alice Wairimu, una asesora especial de la ONU para la prevención del genocidio. Los mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto, reunidos en El Cairo, siguen buscando un acuerdo para detener los combates y liberar a unos 130 rehenes que siguen en Gaza a cambio de la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.

"Israel no recibió en El Cairo propuestas nuevas de Hamás sobre la liberación de nuestros rehenes", indicó la oficina de Netanyahu en un comunicado. Según los medios israelíes, la delegación del país recibió órdenes de no volver a la negociación hasta que Hamás modifique su postura. "Insisto en que Hamás abandone sus demandas ilusorias y, cuando abandonen estas demandas, podremos avanzar", afirmó Netanyahu. El director de la CIA estadounidense se reunió el martes en El Cairo con el jefe del Mosad israelí, mientras que una delegación de Hamás se sumó el miércoles a las conversaciones. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que gobierna Cisjordania ocupada, pidió a Hamás acordar "rápidamente" una tregua. El FBI estadounidense reveló que su director, Christopher Wray, hizo un viaje no anunciado a Israel para reunirse con las agencias locales de seguridad e inteligencia. Con información de AFP y Reuters]]>